Como
son los “Vampiros energéticos o Psíquicos”
Suelen
tener un sistema del aura poco desarrollado y con recursos energéticos
deficientes, y con el fin de obtener la energía que necesitan,
tienden a invadir el sistema del aura de otras personas y absorber
su energía, logrando así, aumentar sus reservas de
energía y provocando el desgaste o agotamiento energético
de la otra persona, y a pesar de que una interacción vampírica
dura sólo algunos minutos, los efectos residuales sobre la
víctima pueden notarse durante varios días. La falta
de energía, los mareos, la tensión muscular, la dificultad
de concentración, los dolores de cabeza y las náuseas
son algunos de los efectos más comunes sentidos por las víctimas;
sin embargo, sucesivos ataques vampíricos pueden producir
fatiga crónica, desarreglos del sueño, irritabilidad,
depresión e incluso enfermedad física.
Los
“Vampiros energéticos o Psíquicos” presentan
una gran variedad de rasgos personales y de patrones de comportamiento.
Muchos de ellos adoptan el estereotipo bien conocido de “mosquita
muerta” o se comportan de manera halagüeña. A
menudo no tienen ningún escrúpulo y se valen de cualquier
medio para lograr sus fines. Pueden parecer pasivos y reservados,
ocultando cualquier inclinación al vampirismo, pero cuando
la ocasión lo requiere pueden ser muy agresivos e incluso
intimidatorios; pueden valerse de la vulnerabilidad de la otra persona,
esperando el momento oportuno para golpear, o bien pueden manipular
a la víctima elegida por medio de regalos o halagos. En ámbitos
laborales suelen ser personas con las que es muy difícil
trabajar y cuyo rendimiento es muy dispar; a veces son altamente
eficaces y otras totalmente inoperantes.
A
pesar de los disfraces tras los que se ocultan, los vampiros psíquicos
son típicamente inseguros y vulnerables; si bien pueden adoptar
un estilo autosuficiente, operan desde una posición de debilidad
y no de poder. No suelen tomar conciencia de ellos mismos, pero
son rápidos a la hora de emitir juicios sobre la gente que
los rodea. Pese a estar totalmente centrados en si mismos y tratar
a los demás en forma desconsiderada, a menudo se quejan de
que el mundo es injusto con ellos. Sus relaciones personales son
típicamente inestables. Puede decirse que muchas de estas
personas presentan trastornos de la personalidad, con síntomas
tales como inseguridad emocional, dificultad para controlar la ira,
baja autoestima, sentimientos de hostilidad reprimidos que estallan
esporádicamente.
La
interacción vampírica puede ser deliberada o espontánea
por parte del vampiro, y consensual o no consensual por parte de
la víctima. El típico ataque vampírico es espontáneo,
por lo tanto, no requiere un esfuerzo consciente para iniciarlo
ni para mantenerlo. En muchas interacciones de este tipo, ni el
vampiro ni su víctima son conscientes de que se está
produciendo una transferencia de energía de uno al otro.
Si bien la víctima suele estar dentro del radio de visión
periférica del vampiro, el ataque en sí puede llevarse
a cabo incluso sin contacto ocular con los sujetos.
Ataques
vampíricos planificados
Una
vez que se han dado cuenta de sus tendencias vampíricas,
muchos vampiros psíquicos las racionalizan como una forma
aceptable de satisfacer sus necesidades energéticas y, por
consiguiente, planean sus encuentros vampíricos como cualquier
otro evento social. Sus tácticas están diseñadas
para implicar a un socio totalmente inocente en una interacción
espacial cercana durante la cual tiene lugar el ataque inesperado.
Los vampiros psíquicos despliegan su seducción, usan
halagos desmedidos, manifiestan una amistad excesiva y muestran
lo que les interesa de su propia intimidad para poder cautivar a
sus víctimas y mantener la interacción durante la
duración del ataque.
Ataques
vampíricos ocasionales
No
implican una interacción social preliminar con la víctima,
quien puede haber sido seleccionada tan sólo por estar disponible
en ese momento. Un ataque casual no es tan visible como uno planeado,
y normalmente la víctima no se entera de lo que está
sucediendo. Los resultados, sin embargo, son los mismos: el vampiro
sale saciado y la víctima experimenta un agotamiento energético.
Estos intercambios casuales pueden ocurrir en cualquier ámbito,
en una clase, en un restaurante, en un avión, en un gimnasio
o en cualquier sitio donde la gente se reúna.
Las
8 personalidades básicas de los “Vampiros energéticos
o Psíquicos”
1
- El Pobre de Mi o Victima: Los pobre de mí nunca
piensan que tienen suficiente poder para enfrentar al mundo, están
todo el día quejándose de sus problemas y desgracias,
“El mundo entero está en su contra y siempre hay alguien
a quien culpar de su desgracia y tristeza”, siempre pesimistas,
atraen la atención con expresiones faciales preocupadas,
suspiros, temblores, llantos, miradas perdidas, respuestas lentas
y relatos reiterados de dramas y crisis punzantes, de este modo
atraen simpatía llevando la energía hacia ellos. Les
gusta ser los últimos de la fila y someterse a los demás.
Los pobres de mi seducen inicialmente por su vulnerabilidad y su
necesidad de ayuda. Sin embargo, no les interesan realmente las
soluciones porque entonces perderían su fuente de energía.
Su comportamiento va desde convencer, defenderse, dar excusas, explicar
reiteradamente, hablar demasiado, a tratar de resolver problemas
que no son de su incumbencia. Dejan que se los consideren como objetos,
y después se ofenden porque no los valoran y cada sugerencia
que reciben de sus amistades, bien intencionadas, es descartada
con múltiples argumentos, para preguntar luego “qué
debo hacer?”.
2
- El Intimidador: Los intimidadores logran que todos les
presten atención a fuerza de gritos, fuerza física,
amenazas y exabruptos, mantienen a todos a raya por temor a desatar
comentarios molestos, rabia y, en casos extremos, furia. La energía
va hacia ellos debido a que los demás se sientan atemorizados
y ansiosos. Los intimidadores siempre ocupan el escenario.
Básicamente egocéntricos, su comportamiento puede
ir desde dar ordenes a los que están a su alrededor, hablar
constantemente, ser autoritarios, inflexibles y sarcásticos,
a ser violentos.
3
- El Interrogador: Los interrogadores socavan el ánimo
y la voluntad cuestionando mentalmente cualquier actividad y motivación.
Son críticos hostiles, buscan formas de hacer sentir mal
a los demás. Cuanta más atención presten a
sus errores y sus defectos, mas pendiente estará usted de
ellos y mas reaccionara a todo lo que hagan. Al hacer esfuerzos
para probar su valía y responderles, mas energía les
esta enviando. Es probable que todo lo que diga sea usado en su
contra en alguna oportunidad. Son hipervigilantes, su comportamiento
puede ir de ser cínicos, escépticos, sarcásticos,
fastidiosos, perfeccionistas, santurrones, a ser viciosamente manipuladores.
Inicialmente atraen a los demás con su ingenio, su lógica
infalible, sus hechos y su intelecto.
4
- Culpador Profesional: Se encuentran siempre en actitud
de ataque, sobrereacciona y acomete verdaderas cruzadas en busca
de culpables por las situaciones que ellos mismos generan. Suelen
ser verbalmente agresivos y abusivos, y en vez de quejarse como
“el llorón”, atacan hasta a sus seres queridos.
No es el mundo en contra de ellos, sino que usted está en
su contra.
5
- Reyes del Drama: Comienzan cada frase con un “no
sabes lo que me sucedió ahora. Su vida fluctúa siempre
en los extremos positivos o negativos, navegando de crisis en crisis
y alimentándose del caos con el que manejan sus vidas. Cada
una de sus experiencias pareciera ser un cóctel de intensas
emociones.
6
- El Distante: Las personas distantes están atrapadas
en su mundo interior de luchas, miedos, y dudas sin resolver. Creen
inconscientemente que si se muestran misteriosos y desapegados,
otros vendrán a rescatarlos. A menudo solitarios, mantienen
distancia por temor a que otros impongan su voluntad o cuestionen
sus decisiones. Piensan que tienen que hacer todo solos, no piden
ayuda. Generalmente, consideran que su principal problema es la
falta de algo (dinero, amigos, contactos sociales, educación).
Su comportamiento va de no mostrar interés, no estar nunca
disponibles, no cooperar, a ser condescendientes, a rechazar, oponerse
y ser escurridizos, hábiles en el manejo de la indiferencia
como defensa.
Inicialmente, atraen gracias a su personalidad misteriosa e inaccesible.
7
- Conversador Constante: ¿Tiene amigos que tardan
dos horas en contarle que cambiaron la rueda del auto, o amigas
que interrumpen un evento familiar para narrarle la intensa conversación
que tuvieron con la manicurista o le recitan la agenda de actividades
que tienen para ese día? Para Orloff, estas personas están
conectadas sólo con lo que les pasa a ellas, son incapaces
de escuchar a los demás y usan a sus seres queridos como
espectadores de sus eternos monólogos.
8
- El adicto a la yugular: Son las típicas personas
que, cuando les están contando un problema, interrumpen a
su interlocutor diciendo que la situación de ellos es peor.
Ante cualquier manifestación, lo que ellos sienten o han
experimentado es mejor o más grande. Y si se trata de parejas
o amigos cercanos, suelen ser descubiertos cuando intentan echar
por tierra las aspiraciones o planes de sus seres queridos: por
ejemplo, si alguien desea comprar una casa, les recuerdan que tardarán
años en pagar un préstamo; si quieren viajar, acotan
que las últimas vacaciones no funcionaron o, simplemente,
dejan entrever que la persona no es capaz de ejecutar sus deseos
porque carece de actitudes.”
Cuando
estés con alguno de éstos tipos, protege tu energía
y no caigas en su vampirismo, y si te ves tú en alguna de
éstas actitudes:” despierta, obsérvate y cambia
de actitud”.
Un
consejo “usa tu intuición”
Formas
de Protección
Para
frenar las energías negativas, protegerse uno y los seres
queridos.
Formula
1:
Escribir
en un papel blanco el nombre de la persona o el animalito o planta
o casa o coche que se quiere proteger en el caso de objetos dibujarlos
luego colocar un triangulo encima y luego otro y luego otro siempre
tapando todo. Previamente recorte los triángulos de los siguientes
colores en papel glacé, primero rojo tapando el papel blanco,
luego otro mas pequeño de color naranja, después amarillo,
verde, azul, y por ultimo violeta. Luego se coloca en un lugar donde
no este a la vista.
Formula
2:
Usar
un cristal turmalina negra, puede usarse como colgante, sino se
realiza una bolsita se coloca el cristal dentro, y se lleva encima
puede ser en un bolsillo, o simplemente apoyarlo en la mesa de la
oficina como si fuera un pisa papeles. El cristal actúa por
si mismo
Formula
3:
También
puede programarse un cristal de cuarzo con la intención de
protegerse o proteger el lugar y luego lo coloca
Formula
4:
Podemos
decir en el momento que percibimos algo diferente, que intervenga
el arcángel Miguel con su espada y nos proteja, y que no
deje que cualquier energía extraña o negativa nos
llegue a perjudicar.
Formula
5:
Decir
una oración en el momento que sentimos algo diferente en
el ambiente o en nosotros mismos como ser que no permitimos y esta
totalmente prohibido que cualquier energía nos invada nuestra
aura.
Formula
6:
Realizar
en el hogar un mándala de protección con cristales,
usando hematites o cuarzos rosas o blancos en punta. Una vez hecho
el mándala, se realiza con la intención de protegerse
o proteger su hogar y familia, se renueva cada 48 horas.
Formula
7:
Si
estamos con alguna persona y empezamos a sentirnos mal, visualizar
que estamos envueltos en una esfera de color azul, y no puede entrar
absolutamente nada que nos perjudique.
Formula 8: (Tradicional)
Afortunadamente
no estamos indefensos para protegernos de los ataques de los vampiros
a nuestro sistema del aura. Se han desarrollado procedimientos que
repelen los ataques y que también pueden interrumpirlos,
evitando así una pérdida mayor de energía.
Dado que los ataques vampíricos son normalmente muy cortos,
pueden durar tan sólo unos segundos, una respuesta rápida
es esencial para obtener resultados.
La
técnica de trabar los dedos es muy eficaz a la hora de lograr
estos objetivos. Es un procedimiento muy fácil de aplicar
y que puede prevenir un ataque vampírico sobre el aura o
interrumpirlo inmediatamente si es que ya ha comenzado.
Paso
1. GESTO DE TRABAR LOS DEDOS. Tan pronto como sospeche
que un ataque vampírico es inminente (o que ya está
sucediendo), junte la punta de los dedos pulgar y medio de cada
mano formando dos círculos. Junte las dos manos y traba un
círculo con otro.
Paso
2. PROTECCION ENERGETICA. Mantenga los círculos
trabados, cierre los ojos y visualice un escudo de energía
poderosa que protege todas sus auras y que repele cualquier invasión
de fuerzas extrañas.
Paso
3. INFUNDIR ENERGIA. Visualice el centro más íntimo
de su sistema energético, vea cómo late pleno de poder
mientras infunde esa energía a todo su ser.
Paso
4. AFIRMACION. Permita que la energía llegue a su
clímax y después afirme: Estoy rodeado de un escudo
de poder protector. Estoy seguro y a salvo.
La
técnica de trabar los dedos sólo requiere unos segundos
y puede usarse prácticamente en cualquier sitio. Si bien
originariamente fue diseñada para repeler en forma instantánea
el ataque de un vampiro, esta técnica puede utilizarse para
dar energía al sistema del aura y protegerlo contra cualquier
invasión externa de fuerzas negativas. Puede utilizarse para
inducir un estado tranquilo y relajado, o para lograr un sueño
reparador. Este procedimiento se puede adaptar para disminuir o
eliminar la ansiedad producida por situaciones cotidianas tales
como entrevistas de trabajo o presentaciones en público.